Monday, April 04, 2011

BlackBerry SmartPhones: a Rey muerto, Rey puesto.


En el año 95 compré mi primer celular con el sudor de mi frente. Era un Motorola MicroTac Ultra Lite, de esos que para contestar se les abre la tapita. En ese entonces era semi cool ya que el más cool de todos era otro de la misma línea pero modelo Elite, porque ya traía "contestadora" incorporada y uno no tenía que pagar extra por ese servicio.

Como siempre me gustó tener tecnología de vanguardia no tardé mucho en comprarme ese modelo y me sentía dueña del mundo con mi súper celular. Porsupuesto, ese mundo avanza a pasos agigantados y aunque en este país todo se puede, a veces el bolsillo se veía seriamente afectado por querer mantenerme a la moda con esas cosas. De todas maneras, como me encontraba trabajando en esa industria, pasaron por mis manos una serie de aparatos que mientras más chiquitos, más innovadores y modernos eran, y las tres principales compañías del momento: Motorola, Nokia y Ericsson monopolizaban el mercado, y así seria por un par de años mas, o al menos, eso creyeron!

1999 marcó la pauta para muchos eventos mundiales, el famoso Y2K, el fin del milenio, toda clase de leyendas urbanas nacieron y crearon un pánico colectivo en donde solo se hablaba del fin del mundo. Yo contaba con 22 años y era bastante escéptica como era de esperarse. Lo que no sabia era que mientras estábamos todos distraídos con los cuentos de que los cohetes rusos atacarían, los aviones se caerían el 31 de diciembre de 1999 a las 12 de la noche y los bancos colapsarían con las fechas de 4 dígitos, la compañía "Research In Motion" (RIM) creaba una nueva era tecnológica, dando paso a la "fruta" más codiciada del jardín del Edén mundano: el Blackberry.

A partir de entonces, una revolución se estaba gestando sin querer, los celulares eran cada vez más complejos, no podíamos entender como de las pantallas LED (fondo negro, letras en bombillitos rojos) y las LCD (cristal liquido, o como las calculadoras) saltamos a pantallas full color, con cámara fotográficas integradas, cornetas que nos permitían personalizar con repiques polifónicos (midis) y mas tarde con canciones de verdad (mp3). La competencia se hacía dura entre los líderes de telefonía celular, y a medida que transcurría el tiempo, los aparatos se volvían obsoletos en un abrir y cerrar de ojos. Fueron años de muchos descubrimientos e introducción de los mismos a la vida del ciudadano común. Ya no era cosa de películas como "The Matrix" o tecnología reservada para agentes secretos como James Bond. Era una realidad!


Nokia 9000 Communicator

El Blackberry era tan complejo que parecía una mini computadora, tenía teclado QWERTY (completo), se podía configurar con cuentas de correo electrónico y navegar por un internet bastante rudimentario pero interesante! En ese entonces (2002) tener ese tipo de dispositivo móvil era un lujo que solo abogados y médicos tenían justificado darse, pues debían estar en contacto continuo con sus oficinas 24 horas, 7 días a la semana para cualquier eventualidad. Digamos que este era el nieto de los beepers o busca persona, que como sucede con todas las generaciones, era 300% mejor que sus predecesores. Recuerdo que algunas empresas de renombre ofrecían BlackBerries como teléfonos corporativos. En fin, era lo más avanzado, y sobre todo popular y fácil de utilizar, comparado con el Nokia 9000 (padre de los "smartphones"), una especie de "ladrillo moderno" con un sistema operativo abierto que fue lanzado al mercado -sin mucho éxito- en 1996 por la conocida compañía Finlandesa.

Motorola Krzr

Poco a poco el BlackBerry se fue alojando en nuestro diario vivir como una necesidad más, que sin querer se hacía recurrente, y ya no estaba destinado a ciertos estratos socio-culturales. En mi caso particular, siempre fui fiel al fabricante japonés Motorola, ya que su capacidad de respuesta en cuanto a garantías, reparaciones y/o problemas con los teléfonos era la mejor de todas sin dejar de mencionar que estos problemas eran mínimos y poco frecuentes. Mi historia con ellos fue placentera y cuando desconecté el último teléfono que tuve de esa marca (Motorola Krzr) sentí como si estuviera desconectando el pulmón artificial de un ser querido. Lo guardé en su cajita, junto al cargador, audífonos, manos libres blue-tooth y protector de plástico transparente, dejándolo descansar por una eternidad.

BlackBerry Curve 8320

Luego de experimentar estos sentimientos encontrados, ya que no solía ser flexible a los cambios, comencé a gozar de los privilegios de un smartphone, mi primer BlackBerry! (2007) modelo Curve 8320, activado con T-Mobile (Deutsche Telekom), la operadora celular de origen alemán que se encargó de modernizarnos en cuanto a la tecnología GSM (Global System for Mobile, o tarjetica SIM), primero como Omnipoint, luego VoiceStream y finalmente la actual T-Mobile (que recientemente fue comprada por AT&T por la módica suma de 39 BILLONES de lechugas, pero eso es harina de otro costal) dando paso a una enfermedad que adquirí sin querer: "BlackBerrytis aguda" sin miras a curarme.

Mi vicio iba más allá de todo respeto por las comunicaciones humanas: escribía textos y mensajes a través del BBM (BlackBerry Messenger) a personas que estaban a mi lado, con comentarios acerca de lo que estuviera sucediendo en el momento, tenía toda clase de sonidos y alertas para diferentes aplicaciones (4 cuentas de correo, mensajes del BBM, mensajes del MSN, mensajes de texto, mensajes de FB... etc). Me sentaba a la mesa BlackBerry en mano, entraba en crisis si el teléfono se quedaba sin batería y sin un cargador a mano, dormía con él a pata de oreja con el destello de la lucecita verde que indica estar dentro de la cobertura, y colocarlo en vibrador era solo una obligación en misa o consulta médica. Me volví disponible 24 horas al día y mi privacidad se vió afectada en un 200%. En fin, era un usuario INSOPORTABLE! no me explico cómo me aguantaban las demás personas. Me convertí en gurú de BlackBerry software y no había un solo aparato que se resistiera a mis encantos para rescatar información, contactos, PIN numbers, fotos y pare de contar.

Pasé a ser parte de esa gran comunidad de personas (especialmente venezolanos) para los que no existe algo mejor que un BlackBerry, aunque tengan una pantalla de 2 pulgadas, aunque el navegador sea una basura, y aunque la aplicación para ver las fotos se quede congelada esperando a que carguen todas las imágenes. Mi consuelo (como el de muchos otros) era “es que no quiero perder mis contactos del BBM!” y con eso me auto engañaba. Porque muy a pesar de que RIM revolucionara al mundo, no se percató de que estamos en la era de la competencia eterna… y llegaron muchos otros dispositivos a amargar a la dulce fruta negra.

Mi regalo de Navidad del 2009 que más me sorprendió venia en una cajita pequeña, sin mucho aparataje... nada que ver con las "urnas" de todos mis celulares a través de los años. (Les llamo “urnas” a sus cajas, porque era ahí a donde iban a parar después de una larga vida de uso y abuso). Este regalo era un iPhone 3GS de 16GB color Blanco.


Apple iPhone 3Gs

El iPhone, oooohhh el dichoso iPhone… como podría la gente venerar a ese “aparatejo” que simulaba ser lo más cool del universo, pero no tenia BBM? Ni teclado real? Ni flash en la cámara? Ni… ni… ni… qué??? Solo esas tres cosas podían ser pequeñas razones lógicas para no quererlo… pero mas allá de ellas, habían UN MILLON de razones para tenerlo! El primer teléfono con pantalla táctil y sensor de inclinación. Imponiendo un mundo nuevo: el mundo de las aplicaciones creadas por cualquier sujeto y/o compañía de desarrollo de software. Su famoso slogan: “There’s an app for that” (“Hay una aplicación para eso”) una estrategia muy exitosa de mercadeo para explicar que el iPhone es competente para realizar cualquier tarea que se le pida.

Al principio, debo admitir, lo miré con desdén, así como quien dice “de donde salió este intruso que vino a arruinarme mi relación amorosa con BlackBerry?” ni quiero imaginar lo que mi Blackberry Curve 8900 estaría pensando cuando se percató de lo que era mi regalo. Tardé exactamente un mes en activarlo… pero una vez hecho esto, fue como amor a primera señal de torre repetidora, apenas hizo el registro de la onda proveniente de AT&T, fue como si mi cerebro recibiera el rebote de esa señal, y desde entonces mi vida y mi perspectiva nunca más volvió a ser la misma.

Hoy por hoy, veo desde afuera a los usuarios de BlackBerry, tan o más insoportables de lo que yo fui, y entiendo el por qué de su comportamiento, sin embargo, debo decirles que la enfermedad tiene cura, que no dependen de un PIN para hablar con nadie, que hay cosas mejores allá afuera, y que la cura a la dependencia se llama “Whatsapp”.  (www.whatsapp.com/download)

Aclaro que el BlackBerry siempre tendrá un lugar especial en mi corazón, porque fue mi primera experiencia Smartphone, con él aprendí la lógica del push-mail, del mensaje instantáneo, de internet versión móvil, de la sincronización de datos, del servicio enterprise, y todas esas cosas que para mi eran como un lenguaje encriptado que solo un científico podía descifrar.



Todas las fechas y años aquí mencionados son aproximados y cabe destacar que estoy clara de la existencia de una amplia gama de otros dispositivos inteligentes en el mercado, pero que a mi manera de ver (muy personal), no han calado tanto a nivel social, cultural y económico como BlackBerry y iPhone.